| ENRIQUE SERBETO, LUIS M. ONTOSO / BRUSELAS, MADRID
Era una idea que tuvo cierto éxito en los tiempos en que la economía europea no estaba teniendo problemas y los precios del petróleo parecían eternamente bajos, pero como la maquinaria burocrática de la Unión Europea se mueve al ritmo de los caracoles, cuando ha llegado el momento de aprobar una nueva tasa para el transporte por carretera, las previsiones no son las mismas. La autorización para que cada país pueda instaurar un peaje adicional a los camiones para compensar el ruido y la contaminación aprobada ayer por el Parlamento Europeo representará una nueva carga para las empresas de transportes de los países periféricos, precisamente los que están más afectados por la crisis, y puede beneficiar a los centrales que son vías naturales de paso como Francia y Alemania o Austria. Sin embargo, el voto en la eurocámara fue aplastante: 505 votos a favor, 141 en contra, entre ellos casi todos los diputados españoles.
La norma autorizará a aumentar entre un 20 y un 30% los peajes que algunos países ya aplican por el tránsito de camiones por su territorio, solamente a los vehículos de más de tres toneladas y media. Si se trata de camiones modernos que cumplen la norma «Euro 5» estarán exentos hasta 2013 y si son aún más sofisticados y cumplen el estándar «Euro 6» tampoco tendrán que pagar hasta enero de 2018. Los países pueden optar por exonerar a los vehículos de menos de 12 toneladas.
España se había opuesto a esta norma en su tramitación en el Consejo, de manera que lo que ha llegado al Parlamento es una propuesta que será de aplicación discrecional, puesto que deja en manos de cada país decidir si le interesa o no ponerla en práctica. Inicialmente estaba previsto que hubiera que pagar también por la contribución a los atascos, pero a cambio se ha establecido un mecanismo que permite que sea más caro que los camiones transiten en horas punta, a cambio de que la tarifa se reduzca en horas de tráfico más fluido.
El portavoz del Partido Popular europeo en la comisión de Transportes, el español Luis de Grandes, considera que la medida «deteriora aún más la precaria situación de varios sectores económicos, como el de los transportes y el de las exportaciones de frutas y hortalizas que ya sufren las pérdidas ingentes y la injusta penalización que se ha hecho recaer durante esta última crisis alimentaria». Sin embargo, el socialista francés Gilles Pargeneaux, piensa que «lo único que hay que lamentar de esta norma es que no sea obligatoria».
Rechazo en España
La «euroviñeta» o «eurodistintivo», como popularmente se conoce a la directiva, es un viejo conocido para los camioneros españoles. Hace casi exactamente dos años, la huelga de transportistas que paralizó el transporte y el comercio del país tenía como una de sus consignas el rechazo frontal a la norma, que desde la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM) se interpreta como un «torpedo en la línea de flotación del sector», castigado por el aumento en el importe de los combustibles, la caída del consumo y un difícil proceso de reestructuración interna.
Sus efectos, alertan, también se podrán notar en el importe de las exportaciones y las importaciones españolas, «especialmente perjudicadas por su posición de país periférico» frente a otros países como Alemania y Francia, cuya posición geográfica como país de tránsito les otorga un mayor tráfico y, por tanto, más ingresos.
La patronal calcula que los costes de transporte en nuestro país aumentarán «entre un 15% y un 20%». «Constituye una desventaja», asegura, «en un momento en el que los mercados europeos son los que están empezando a tirar del consumo y los camioneros españoles son los que tienen que recorrer más kilómetros».El Gobierno español, mientras tanto, reitera su rechazo a la aprobación, un paso que, como muy tarde, deberá dar dentro de dos años. El Ministerio de Fomento ya ha mostrado su intención de apurar los plazos y aplazar su puesta en vigor hasta la próxima legislatura. «Hemos dicho que España es un país periférico y en consecuencia no vamos a implantar la euroviñeta en nuestro país», reiteró ayer el ministro José Blanco en los pasillos del Senado. |
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