Una espesa nube negra cubrió ayer el cielo de Vitoria después de que un camión cargado de neumáticos estallara en plena carretera N-I a la altura de Gamarra. Afortunadamente no transportaba materias peligrosas y todo se quedó en un tremendo susto, pero según advierte la Asociación Vasca de Consejeros de Seguridad, los vehículos pesados no siempre transportan lo que parece. Su presidente, Félix Serna, asegura que muchos transportistas, por ahorrarse un dinero y eludir los controles policiales, retiran las placas distintivas de los convoys de materias peligrosas al llegar a la frontera y cruzan por la red viaria de la CAV como si de un camión cargado de material seguro se tratara. 'Los servicios de emergencia que acudan a socorrer a un camión accidentado pueden encontrarse con sorpresas muy desagradables', alerta.

'Los chóferes, generalmente extranjeros, quitan las placas naranjas indicativas de mercancías peligrosas para no pagar, ya que si las llevan por España tienen que circular por autopista de forma obligatoria. Así se ahorran un dinero. Además, sienten terror a que les pare la Ertzaintza, ya que piensan que estos transportes están sometidos a un mayor control. Las mercancías peligrosas obligan a llevar una serie de etiquetas, envases adecuados y homologados, documentación especial... Y claro, muchos van como van. Así que el que no cumple con todo ello, según llega a Irun, quita las placas y sigue su camino', detalla Félix Serna.

En Álava, por su carácter internacional, el peligro se concentra en la carretera N-I. Chóferes sin escrúpulos, -portugueses, marroquíes, albaneses, kazajos y húngaros en su mayoría, según indica el presidente de la Asociación Vasca de Consejeros de Seguridad- y con necesidad de mirar el euro, se apuntan a transportar mercancías peligrosas por Europa, ya que les reportan unos beneficios entre un 15 y un 20% superiores a los de la carga convencional. Luego, al llegar a España, simplemente retiran los distintivos y cruzan el país, con lo que logran un doble objetivo: ahorrarse los peajes y eludir la vigilancia policial.

la crisis La omnipresente crisis también ha hecho mella en el sector del transporte y el número de cargamentos de materias peligrosas ha caído cerca de un 40% a lo largo de los dos últimos años. Si en 2007 el tránsito diario de este tipo de vehículos por la CAV ascendía a 1.100 unidades, en la actualidad apenas roza los 660 camiones. No obstante, esta reducción no se ha traducido en un mayor control de los convoys ya que la administración, simplemente no dispone de recursos suficientes para vigilarlos.

Más ERE, menor producción, reducción del tráfico de mercancías. El triángulo se cierra sobre sí mismo, pero los peligros continúan a pie de carretera. Si antes de que la ola de la recesión económica alcanzara Euskadi circulaban 20 camiones anuales de cloro por la A-8, ahora la cantidad puede haberse visto reducida a 12 o 13 transportes, pero el riesgo no se ha minimizado en la misma proporción. De hecho, se ha agravado porque, puestos a ahorrarse unos euros, algunas empresas han reducido su volumen de personal cualificado para el manejo de material sensible.

'Anteriormente, a la hora de realizar una carga o descarga en una empresa, existía una persona preparada que se ocupaba del proceso. Ahora, esas personas, al haber llegado los ERE y al andar la gente en varios puestos, hay ocasiones en las que no se carga y se descarga en las condiciones más óptimas porque el responsable de la operación no está cualificado para ello. No se dan las garantías intrínsecas de seguridad que a los consejeros nos gustaría', reconoce Serna.

El 80% de las mercancías peligrosas que circulan por la red viaria vasca se corresponde con líquidos inflamables, tales como gasóleos, querosenos o gasolinas. Otro 12% es algún gas como propano, oxígeno o nitrógeno, mientras que el resto son sustancias corrosivas como ácidos sulfúrico o nítrico.

El camión que ardió en Gamarra transportaba gas

El incendio de los neumáticos que transportaba un camión, que también llevaba una bombona de gas, obligó a cerrar el lunes durante dos y tres horas la N-I y la N-240, en Gamarra, en las inmediaciones de Vitoria. Los hechos se produjeron a las 16.10 horas, cuando el camión se salió de la calzada tras cruzarse en la autovía, lo que provocó el estallido del vehículo y el incendio de los neumáticos que transportaba. Por ello, se cerraron esta vía y la carretera N-240 durante dos y tres horas, respectivamente. En un comunicado, el cuerpo de Bomberos informó de que, tras comunicar el conductor del vehículo de que, además de los neumáticos, transportaba una bombona de gas, se procedió a adoptar las medidas preventivas correspondientes. Los trabajos para apagar el fuego se prolongaron durante varias horas, debido a que el material transportado era altamente inflamable y a la importancia de la nube contaminante que éste desprendía. El conductor del camión, un portugués de 32 años, aquejado de un dolor intercostal, fue trasladado de inmediato a Santiago.

Los datos

Los materiales: El 80% de las mercancías peligrosas que viajan en camión es líquido inflamable, como el queroseno o el gasóleo. Un 12% es algún gas, también inflamables, como el propano o el nitrógeno. El resto son sustancias corrosivas, como el ácido sulfúrico. Carga y descarga: La carga y descarga de estos materiales debe ser supervisada por personal cualificado. Lamentablemente, la crisis ha reducido la contratación de este tipo de trabajadores. Controles: Algunos chóferes extranjeros retiran las placas distintivas de mercancías peligrosas para evitar que la Policía les someta a controles y descubra que no cumplen con todos los requisitos. De paso, se ahorran los peajes. La cifra: 660. Cada jornada, 660 convoyes peligrosos cruzan la CAV.

La mayor parte de los chóferes son de procedencia portuguesa, marroquí, albanesa o kazaja