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MEDIO AMBIENTE

Desarrollo sostenible, el reto de los proveedores del siglo XXI.

Capital News []

 

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Global Reporting Initiative prepara una actualización de los indicadores de la Cadena de Valor. Lenta y gradualmente, la rueda de la Responsabilidad Social ha empezado a girar en el ámbito empresarial, provocando que empiecen a reformularse los estándares arcaicos, caracterizados por la opacidad y la ausencia de diálogo con los grupos de interés. Desde los primeros esbozos, confundidas en las campañas de marketing y comunicación, las políticas de RSC han extendido sus múltiples brazos al resto de los ámbitos de actuación empresarial, salpicando incluso a los tradicionales departamentos financieros, que se han visto obligados a volver la vista hacia herramientas más sostenibles a largo plazo, en vista de los funestos resultados derivados del cortoplacismo y las prácticas voraces puramente orientadas a las cifras. La inserción de la RSC en las compañías ha seguido un proceso gradual, integrándose en primer lugar en los departamentos más susceptibles de contar con la observación o el análisis de los grupos de interés. Sin embargo, la cadena de valor y proveedores, punto de partida de la productividad empresarial y habitualmente oculto a ojos de extraños, ha sido el último en contemplar cómo se aplicaban las herramientas de gestión social y medioambiental. Ante los frecuentes retrasos, faltas de coordinación y a menudo pérdidas económicas motivadas por la falta de integración, la Global Reporting Initiative (GRI) ha anunciado recientemente la puesta en marcha de un proceso de revisión y actualización de los indicadores de Cadena de Valor y Proveedores, a los que considera el reto más importante que afrontan hoy las empresas al momento de presentar sus memorias de sostenibilidad. La GRI se hace eco de la tendencia que considera que la información sobre los impactos de las empresas sobre la cadena de proveedores es la que menos se está midiendo y comunicando en los reportes que se publican en la actualidad. Una gestión sostenible de la cadena de valor en las organizaciones se hace tanto más necesaria cuanto más se acelera el ya de por sí vertiginoso ritmo de crecimiento de la economía mundial. Ciertamente, la globalización del escenario económico ha conducido a un crecimiento correspondiente en la complejidad de la gestión de la sostenibilidad, y hoy en día las compañías deben diseñar procesos de gestión de la sostenibilidad que sean capaces de afrontar los efectos generados por el ritmo de sus respectivas cadenas de suministro. La necesidad de transparencia Las Memorias de Sostenibilidad, en muchos casos, siguen ofreciendo una imagen incompleta del rendimiento de la cadena de valor. Esto es debido a que , en cierto modo, todavía es muy difícil hacerse con ciertos valores empíricos, tales como los datos sobre las condiciones en las instalaciones o las cifras resultantes de auditorías en la cadena de suministro; valores que no tienen una mayor complejidad que los datos extraídos de otros departamentos empresariales, pero que sí son todavía muy difíciles de interpretar y gestionar, dada la inexperiencia y la falta de precedentes den una gestión responsable de la cadena de suministro en la mayor parte de las compañías. La transparencia es, una vez más, el valor imprescindible a la hora de comenzar a llevar a cabo las buenas prácticas mínimas requeridas para la gestión de la cadena de valor y proveedores. Por ello, la GRI ha previsto convocar un Grupo de Trabajo multisectorial encargado de formular recomendaciones y orientaciones para ayudar a mejorar la calidad de esta área. Es muy importante también ahondar en la presentación de informes sobre rendimiento de la cadena, un aspecto en el que hasta la fecha apenas se ha profundizado, y que aparecen como imprescindibles para mejorar el rendimiento de la sostenibilidad de las cadenas de suministro. Así pues, las preocupaciones sobre el cambio climático, la sostenibilidad y la responsabilidad social corporativa ganan cada vez más espacio en las agendas de los altos niveles corporativos de las compañías, ejerciendo presión sobre las cadenas de suministros y la forma en que se está respondiendo a las nuevas demandas. La búsqueda de soluciones La sostenibilidad de la cadena de suministro es, si cabe, más necesaria incluso en el sector industrial, que en la actualidad busca regulación en la Directiva Marco europea que se encarga de la gestión de residuos, el reciclaje y el respeto al entorno. Para los expertos, la solución pasa por la ampliación de vías de actuación: asumir las leyes de mercado, formar en sostenibilidad a los profesionales que hasta la fecha se han ocupado de gestionar la cadena de suministro y buscar formas para cubrir los costes de la descontaminación y recuperación de materiales convertidos en residuos. Toda la legislación actual en relación a la sostenibilidad de la cadena de suministros se embebe del principio de la responsabilidad del productor. Existe por una parte el sistema integrado de gestión, que implica que los productores trasladen la responsabilidad jurídica a un tercero, y por otra parte el sistema de responsabilidad delegada, que conlleva que no se traslade a terceros la responsabilidad, ya que al fabricante la retiene. De una forma u otra, no debe olvidarse que hoy en día, las empresas carecen de una visibilidad completa de todo aquello que acontece en su cadena de suministro y esto es un problema que hay que solventar. La nueva versión de la cadena de suministro requerirá de una mayor conectividad, colaboración e integración de procesos de red de partners para mejorar la visibilidad. Entre las mejores prácticas que las empresas están llevando a cabo para mejorar su visibilidad, destaca la planificación con proveedores, el reaprovisionamiento continuo con clientes o la información electrónica compartida en tiempo real. Es de destacar también que desde la creación en 2007 del índice bursátil español FTSE4Good, las empresas han adoptado un mayor ahínco a la hora de sopesar la RSC en todas y cada una de las fases de su gestión empresarial, con vistas a que se les permita cotizar en el mercado bursátil responsable. La expansión internacional de algunas de las más potentes compañías españolas -como el caso de Inditex, cuya red extranjera comenzó a tenderse desde los años 80- ayuda también en este aprendizaje, al tener que lidiar con diferentes culturas corporativas y stakeholders con expectativas no comunes.

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