| Las plantaciones de algodón son uno de los principales contaminantes del planeta. La industria del algodón, que ocupa el 3% de la superficie cultivada en el planeta, consume el 23% de los pesticidas usados y el 10% de los productos químicos, tanto durante su cultivo como en su posterior tinte.
No debemos olvidar los grandes desastres provocados por culpa de las plantaciones de algodón, catástrofes como la de Bophal (India) donde murieron miles de personas por un escape de gas plaguicida. También recordar los efectos de este cultivo en el mar de Aral, donde la canalización de los ríos Amu Daria y Syr Daria para regar los campos de algodón han provocado su desaparición prácticamente.
Además de los problemas que causa el cultivo de algodón convencional, debemos saber que aquí no acaba el proceso, y en su coloración la contaminación es mayor. La industria del tinte es una de las más contaminantes del mundo, ya que los procedimientos utilizados para teñir implican la emisión de grandes cantidades de peróxido de hidrógeno, sodio, cloro e hipoclorito sódico, tanto en la atmósfera como en las aguas.
Pero no son los únicos residuos que generan, también podemos encontrar vertidos de productos sintéticos derivados del azufre, el cromo y el petróleo, junto con cobre, níquel y otros metales pesados.
Teniendo en cuenta que la mitad de los tejidos que se fabrican en el mundo son de algodón, podemos comprender la transcendencia de este producto, tanto a nivel económico, como en lo social y medioambiental. No podemos olvidar que esta planta da trabajo a más de 100 millones de personas en el mundo, ya sean campesinos como trabajadores industriales.
Algo que poca gente conoce es que el algodón puede crecer de manera natural de colores diferentes al blanco. Pese al desconocimiento actual, el algodón de colores ya se cultivaba en América hace 5.000 años, sobretodo las variedades de color marrón y verde. La aparición de los tintes químicos baratos a principios del siglo XX provocó que se dejara de cultivar este tipo de algodón y que las plantaciones se centraran en el algodón blanco, para luego tintarlo en la fábrica, proceso muy barato y con una paleta de colores muy grande.
Las plantaciones de algodón de color quedaron relegadas a unas pocas tribus indígenas de los Andes y, ahora, diversas empresas se están interesando en este tipo de algodón. Multinacionales téxtiles como Levi Straus, Espirit, Marco Polo y otras han hecho compras millonarias de tejido ecológico para lanzar colecciones más sostenibles.
También desde diversas instituciones públicas de diversos países, entre ellos España, están estudiando poner cláusulas para que los tejidos utilizados en algunas prendas de trabajo o lencería estén elaborados obligatoriamente con algodón 100% ecológico.
Raúl Abarca |
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