| El grupo ha autoevaluado sus actuaciones y ha marcado los aspectos a mejorar para implantar planes de acción y dar a conocer sus avances.
Grupo Santander se ha fijado nuevos objetivos para mejorar su política de sostenibilidad y situarse entre los líderes mundiales. Con el principio general de que la mejor responsabilidad social corporativa (RSC) es buscar y conseguir la máxima calidad de gestión y excelencia, el Santander ha presentado su octava memoria de RSC. Por primera vez, destaca aquellos aspectos que considera prioritarios dentro de su estrategia de sostenibilidad, a los que ha aplicado un proceso de autoevaluación, que ha sido chequeado por el auditor.
Con ese espíritu, y junto a los compromisos establecidos para todas las áreas, ha marcado los puntos considerados mejorables en los que implantará planes de acción, lo que permitirá a sus grupos de interés comprobar su grado de avance en futuras memorias. “Era una demanda de los analistas y haremos varios road shows para explicar la política de RSC, porque está ligada a la cotización.
Hemos dado un impulso a la política sostenible con la incorporación de Banco Real de Brasil al grupo y en las dimensiones social y ambiental estamos por encima de la media del sector, pero queremos situarnos en el Top 5 en temas de sostenibilidad y ambientales, como estamos entre los cinco primeros del mundo en la dimensión económica”, afirma Juan Manuel Cendoya, director general de Comunicación, Márketing Corporativo y Estudios de Grupo Santander.
Estructura
Para reforzar su compromiso en este campo, el consejo de administración ha aprobado este mismo mes la creación definitiva del Comité de Sostenibilidad, que tiene como cometido hacer el seguimiento de las políticas de RSC del grupo. Presidido por el consejero delegado, Alfredo Sáenz, está integrado por representantes de las áreas de negocio y de apoyo.
El grupo destinó 126 millones de euros a proyectos de RSC el año pasado, a pesar de la crisis. “Repetimos la inversión, porque hemos preferido ser consecuentes con los resultados económicos y la buena gestión permite mantener los compromisos a medio y largo plazo”, afirma Cendoya. El 29% se dirigió a proyectos de acción y cultural, fundamentalmente, en España, Reino Unido y Brasil. El grueso de la inversión, el 69% del total, se destinó, un año más, al apoyo de la educación superior.
El pasado ejercicio, la entidad mantenía convenios con 833 universidades de cuatro continentes, financiando 3.340 proyectos conjuntos y concediendo 16.981 becas. La red Universia ya conecta a 1.169 universidades y a 12,5 millones de estudiantes de 23 países. A través de esta red, 176.985 universitarios accedieron a su primer empleo en 2009.
Santander ha querido impulsar, especialmente, los aspectos medioambientales. En este sentido, la entidad ha calculado la huella ambiental relacionada con todas sus actividades, ya que hasta ahora sólo se había calculado en los centros corporativos. El proyecto, en el que se ha trabajado durante los últimos tres años, ha contabilizado los consumos (agua, papel, electricidad y combustibles) y emisiones de dióxido de carbono (CO2) de sus 169.500 empleados, así como de los denominados residentes (los que visitan sus oficinas y sucursales, como clientes o consultores) en todos los países donde opera. Estos datos han permitido elaborar un plan corporativo de reducción de emisiones y consumos y de eficiencia energética, que se presentará próximamente.
Santander también ha avanzado en el análisis de riesgos sociales y ambientales vinculados a las operaciones de project finance, derivado de la adopción de los Principios del Ecuador en 2009, que aplica a los créditos superiores a diez millones de euros. El año pasado, evaluó 9.451 proyectos con estos criterios, el 39% de energías renovables y el 20,8% de infraestructuras, formando a equipos dentro de la organización para desarrollar este cometido. |
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