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EMPRESAS

Grupo Kaluz tiene la química para triunfar

El Universal. []

 

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Desde su oficina, en una tradicional casona del Paseo de la Reforma, Antonio del Valle Ruiz maneja el destino de sus múltiples empresas. Después de dejar Bital, el empresario decidió levantar Mexichem y prometió volver al negocio bancario. Ahora, la compañía genera más de 10 mil empleos y don Antonio cumplió y regresó con el banco Ve por Más. A él también lo llaman el “rey de los productos químicos”, ya que además de ser accionista de la mina de fluorita más grande del mundo, está en el negocio de la construcción, del papel, de la industria química, petroquímica y del plástico. Del Valle es realista y no se intimida con nada. Reconoce que en México falta mucho por hacer: se requieren reformas integrales, mejorar el nivel de competitividad y mayores facilidades para la inversión. ¿Cuál es la perspectiva y la filosofía de las empresas que integran Grupo Kaluz? Nuestra filosofía es seguir en los negocios que conocemos, ampliarlos a nivel local y americano. Eventualmente, queremos llegar a otras partes del mundo, si se encuentran las oportunidades. Estamos en cuatro segmentos: el químico que es Mexichem, con la mina de fluorita más grande del mundo; en el negocio de tuberías de PVC; cloro y sosa, así como de ácido clorhídrico. También en el rubro de materiales de construcción, a través de Elementia, que es una asociación con el Grupo Carso, de Carlos Slim. Ahí, se fabrican tuberías de cobre, estructuras de aluminio, tubos de cemento reforzado, materiales de muros y techos para casas de vivienda de interés social. Y hay una compañía más: Pochteca, que distribuye productos químicos y papel. ¿Por qué la crisis no le pegó a las empresas de Antonio del Valle? No nos bajaron los flujos porque estamos en negocios cuya venta en su gran mayoría se hace en dólares, en consecuencia la devaluación no nos afectó. En la parte química, las materias primas se derrumbaron y bajamos los precios de los productos, pero no en la misma proporción. Ante ello, se mantuvo el margen de ganancias, pese a la baja en ventas. Y la diversificación permite que, cuando a un negocio le va mal, a otro le va bien. Pero en los negocios también influye la suerte: compramos en el momento y con el precio adecuado. Si bien las exportaciones a Estados Unidos cayeron entre 60% y 70%, la operación mayor es México, Colombia, Brasil y América del Sur. ¿Cómo vislumbra la economía del país en el corto plazo? Es un año complicado, porque hay una gran crisis que México no provocó. Estamos en una posición buena para brincar la recesión con un menor decrecimiento. México tiene una buena proporción de reservas, las remesas siguen llegando. Y ahora hay que crecer. ¿Cómo hacerlo? Poner el dinero que está en manos del gobierno y de los empresarios a trabajar. Es una tristeza que Brasil tenga una estructura de impuestos y leyes petroleras mejor que las nacionales. ¿Se requieriría entonces de una reforma fiscal y energética? Las reformas son herramientas. Pero hay muchas cosas que se pueden hacer y que no se hacen. Hay sindicatos que tienen secuestradas a las empresas, tal es el caso de Petróleos Mexicanos y la Compañía de Luz. Si el sector privado quiere entrar en el sector petroquímico, el mismo sindicado no nos deja. ¿Y cuál sería la alternativa para retomar el crecimiento del país? Hay que cambiar las normas, porque hay muchas trabas para operar y trabajar. A nosotros como empresarios nos conviene más invertir en Perú que en México. Por ejemplo, aquí no podemos hacer un material porque frenan las plantas para elaborar etileno. Y mientras no se resuelva el problema petroquímico de México no habrá un proyecto importante. Y como eso, hay otras áreas de la economía que están igual. ¿Se arrepiente de haber cambiado el banco por el negocio petroquímico? ¡No me arrepiento de nada de lo que he hecho en mi vida! Si me hubiera quedado con el banco y la familia Berrondo con Mexichem, jamás lo habría vendido a extranjeros. Soy un convencido de que todos los negocios necesitan de verdaderos empresarios. ¿Cuál es el consejo que le daría a los pequeños y medianos empresarios en este momento de crisis? En época de vacas gordas lo que se tiene que hacer es reinvertir y crecer, y en vacas flacas nadar de muertito... ¡pero nunca dejar de pagar! Cada negocio tiene soluciones diferentes; lo más importante para un empresario es permanecer... no quebrar, que no lo compren o que no desaparezca. Si hay alguien que está en el ramo textil y resulta que éste no es rentable por la competencia de China o de Paquistán, debe buscar diversificarse. Pero empresario se nace. Y no hay que olvidar que el crédito vale más que el dinero. Si una persona deja de pagar, nunca más obtendrá financiamiento de ninguna institución. En Kaluz, la regla que nunca violamos es que la deuda no debe ser más de dos veces el EBIDTA o el flujo de caja bruto y con eso, dormimos tranquilos porque si viene una situación mala y el flujo se baja a la mitad, estaremos en una situación cómoda. Otra de las recomendaciones que hago es no meterse en negocios que puedan quebrar si las cosas van mal. ¿Cómo cuales? Lo que ocurrió con los derivados es un claro ejemplo. Los inversionistas jugaron al casino. Si soy un empresario y me dedico al comercio no me pongo a jugar con cuestiones financieras de derivados y pongo en riesgo a las empresas. En ese momento, se les puso un dulce en la boca y empezaron a ganar buen dinero y se les hizo fácil. Ahí, los banqueros también tuvieron la culpa. Eso nunca se debe hacer. Romina Román Pineda

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